Construir nuestra identidad
El pang es un videojuego que consiste en evitar que unas burbujas que aparecen en la parte superior de la pantalla lleguen a impactarte. Cada vez que un disparo impacta contra una burbujas, ésta se divide en dos de menor tamaño y así sucesivamente hasta que alcanzan el tamaño mínimo y consigues desintegrarlas.
Encuentro en el pang la metáfora perfecta para hablar de la construcción de la identidad, que podríamos estructurar en tres fases:
Fase I: Construcción
Fase II: De-construcción
Fase III: Re-construcción
Fase I: Construcción
Cuando nacemos, somos como esa burbuja que aparece en la parte superior de la pantalla. Nuestra herencia genética está intacta. Para sobrevivir necesitamos que nos cuiden, que nos alimenten, que nos den afecto, que nos eduquen, que nos guíen… Necesitamos que tomen decisiones por nosotros.
Y cada una de esas interacciones vitales hacen que esa burbuja inicial se enriquezca y se reproduzca. Surgen, por tanto, otras burbujas más pequeñas y dispersas que vienen a simbolizar nuestras creencias, nuestros valores, nuestros deseos, nuestras habilidades…
Fase II: De-Construcción
Estos factores (genéticos y ambientales) conforman nuestra realidad. Y nosotros, seguimos madurando al cobijo de nuestros educadores hasta que un día sentimos el deseo (primero) y la obligación (después) de “matar al padre” - utilizando la terminología Freudiana - y adueñarnos de nuestra realidad, es decir, construir nuestra propia identidad.
Es probable que durante los primeros años, no nos hagamos esta pregunta. Pero antes o después llega ese momento en el que no sabes muy bien quién eres. Unos le llaman vida adulta, otros crisis de los 40… Sea como sea, no hay otra opción. Para vivir con plenitud, hemos de saber contestar a la pregunta del quién soy y vivir acorde.
Fase III: Re-Construcción
Esta es la fase más especial. La fase en la que “auditamos” nuestras burbujas. Las revisamos una a una e identificamos las que tenemos que desechar y las que podremos conservar.
¿Creo verdaderamente en Dios?
¿Cómo quiero vivir?
¿Qué valores son míos y cuáles he heredado sin cuestionar?
Es un proceso difícil, porque como dice el director Wim Wenders sobre el proceso de montaje de las películas, a veces toca quitar lo que te gusta:
Prepárate para eliminar tu toma favorita durante el montaje.
Pero por pesado que pueda ser, es inevitable.
Antes o después, iremos cogiendo cada una de esas burbujas y tomando una decisión. Y con las que se quedan, construiremos nuestra identidad, una burbuja mas sólida que la original, que no se fragmenta al contacto con los demás, pero que tiene cierta flexibilidad porque sabe que necesita seguir cuestionando la realidad.
Una burbuja que es nuestro hogar interior. Un espacio de calma y serenidad, que está deseando que alguien venga a merendar.